miércoles, 10 de noviembre de 2010

Síntomas


Los cuatro síntomas principales son:

·   Temblor de reposo. Se presenta en las extremidades superiores e
        Inferiores, la quijada o la cara.
  •  Rigidez o endurecimiento de las extremidades o del tronco.
  •  Bradiquinesia o aquinesia. Dificultad para iniciar movimientos.
  •  Inestabilidad postural. Desequilibrio y falta de coordinación.

Motores

  • Rigidez muscular (dificultad para flexionar los brazos o las piernas)
  • Postura inestable, encorvada o desplomada.
  • Pérdida del equilibrio.
  • Cambios en la marcha (patrón de caminar).
  • Marcha arrastrada.
  • Movimientos lentos(bradicinesia o acinesia)

  • Dificultad para iniciar cualquier movimiento voluntario
  • Pasos cortos seguidos de la necesidad de correr para mantener el equilibrio.
  • Congelamiento del movimiento cuando éste se suspende e incapacidad para reiniciarlo.
  • Achaques y dolores musculares (mialgia).
  • Agitación, temblores (de grado variable o pueden no presentarse)
  • Cambios en la expresión facial (facie hipomimica):

*cara con aspecto de "máscara"
           *mirada fija
           *posible incapacidad para cerrar la boca
           *reducción del ritmo de parpadeo
  • Cambios en el habla y en la voz:
            *habla lenta
            *bajo volumen de voz
            *monotonía
            *deterioro del habla
  • Pérdida de la destreza motriz fina.
            *dificultad para escribir: la letra puede ser pequeña e ilegible
            *dificultad para deglutir
  • Caídas frecuentes
  • Disminución de la función intelectual (puede ocurrir y puede ser severa)


No motores
·        Depresión y ansiedad.
·        Trastornos del sueño.
·        Trastornos de memoria.

Otros síntomas:

  • Sialorrea (excesiva producción de saliva).
  • Disfagia (dificultad para tragar).
  • Eructos.
  • Reflujo gastroesofagico.
  • Vaciado lento del estomago.
  • Estreñimiento.
  • Obstrucción intestinal.









Diagnostico

             El diagnóstico de Enfermedad de Parkinson, que es puramente clínico (no existen marcadores biológicos), puede llegar a revestir una gran complejidad. Esta dificultad en la diagnosis es corriente que aparezca en los primeros estadios de la enfermedad, cuando los síntomas que el paciente presenta pueden ser atribuidos a otros trastornos. Consecuencia directa de esto hecho es la elaboración de diagnósticos erróneos.
             No existe ninguna prueba de laboratorio que permita diagnosticar la enfermedad, pero es frecuente que se realicen analíticas sanguíneas con el objetivo de descartar otros posibles trastornos, como el hipotiroidismo (al igual que Enfermedad de Parkinson, conlleva una ralentización en los movimientos), una disfunción hepática o patologías autoinmunes.
             La única prueba complementaria con valor diagnóstico positivo es la tomografía por emisión de positrones (PET), un estudio de imagen que permite visualizar el estado en que se encuentran los receptores dopaminérgicos. Esta prueba no suele realizarse más que en casos muy dudosos o en ensayos de investigación.

Resulta habitual que los facultativos formulen preguntas al paciente con las que pretenden dilucidar si este consumió alguna clase de estupefaciente o si estuvo expuesto a virus o toxinas medioambientales, para así determinar si un factor específico pudo haber sido la causa de un parkinsonismo. Es objeto de observación la actividad muscular del paciente durante un periodo de tiempo, pues con el avance de la enfermedad los trastornos motores específicos se vuelven más evidentes.


Pronóstico

              Sin tratamiento, esta enfermedad empeorará hasta que la persona esté totalmente incapacitada. El mal de Parkinson puede llevar a un deterioro de todas las funciones cerebrales y a una muerte prematura.
La mayoría de las personas responden a los medicamentos. El grado de alivio de los síntomas y por cuánto tiempo puede ser muy diferente en cada persona. Los efectos secundarios de los medicamentos pueden ser severos.


Prevención

             En los últimos años se han realizado múltiples estudios con el fin de identificar factores exógenos que pudieran modificar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Mediante estudios caso-control retrospectivos se ha intentado relacionar el consumo regular de antiinflamatorios no esteroideos y de ciertas vitaminas con un menor riesgo de enfermedad de Parkinson pero los resultados de estos estudios son contradictorios y no es posible en estos momentos inferir que el consumo de estos fármacos reduzca el riesgo de padecer Parkinson.
La asociación más firme actualmente es la mayor incidencia de la enfermedad entre no fumadores: existe una relación en la alteración en los niveles de dopamina producidas por el tabaco y un decremento del riesgo de contraer Parkinson, pero los mecanismos de tal relación aún no se encuentran determinados.

Evolución

Consta de cuatro Fases:

ETAPA  PRESINTOMÁTICA
Los primeros síntomas clínicos no aparecen hasta que han muerto el 50 ó 60% de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra. Esto conlleva a la desaparición del 80% de la dopamina en esa zona.
Al principio los síntomas motores pueden aparecer sólo en momentos de gran estrés. En cuanto a los síntomas no motores el enfermo puede encontrarse excesivamente fatigado, desarrollar seborrea (aumento patológico de la secreción de las glándulas sebáceas de la piel), estreñimiento o puede mostrar un estado de ánimo bajo llegando incluso a padecer una depresión.
Estos signos pueden padecerse durante largo tiempo sin que el médico o el enfermo lo relacionen con la patología parkinsoniana.
ETAPA  LEVE
Aparecen los primeros síntomas motores. Suele comenzar de manera muy focal, con temblor o torpeza en un miembro concreto (por ejemplo, arrastras una pierna al caminar), generalmente de la parte superior del tronco, como una mano o un dedo. Afecta con menos frecuencia a una extremidad inferior.
Más adelante este temblor y el enlentecimiento de los movimientos se manifiestan de forma tan sutil que el enfermo no ve modificada de ningún modo su vida diaria y realiza sin ayuda todas las actividades habituales. Es posible que le cueste más trabajo cortar un filete duro, girar con soltura en la cama o levantarse de un sillón muy bajo, pero puede seguir llevando a cabo sus obligaciones laborales y sociales sin problemas.
ETAPA  MODERADA
Los síntomas motores se agravan. El paciente tiene problemas para ejecutar con soltura las actividades de la vida diaria, presenta dificultad al entrar y salir de la bañera, levantarse de la cama o afeitarse. La rigidez, la bradicinesia y los temblores se manifiestan de forma evidente. La mano puede adoptar la típica postura de 'tienda de campaña' o de 'cuenta de monedas', con la muñeca flexionada y los dedos pulgar e índice se acercándose entre sí con un fino temblor. Los pies se arrastran al caminar, pero no se producen episodios de congelación de la marcha.
Los síntomas típicos de este periodo se ven paliados por el empleo de levodopa y agonistas dopaminérgicos, fármacos que contrarrestan la pérdida de dopamina que se produce con la muerte de las neuronas de la sustancia negra.
Esta terapia es muy eficaz durante los primeros años de esta etapa y el paciente experimenta una gran mejoría que se prolonga a lo largo de todo el día, sobre todo durante los primeros meses. Los temblores, la rigidez y la lentitud de movimientos prácticamente desaparecen.
Sin embargo, entre tres y cinco años después de iniciar el tratamiento con estos fármacos, aparece un fenómeno llamado 'wearing off' (desgaste). Se produce un acortamiento de los periodos durante los cuales a medicación puede controlar los síntomas. A medida que pasan los años la necesidad de aporte de levodopa es mayor. Por eso cada vez es necesaria más cantidad de pastillas al día de este precursor de la dopamina para controlar los síntomas.
La combinación de la levodopa con otros fármacos como los agonistas dopaminérgicos ayuda a prolongar estas fases de control y retrasar la aparición del 'wearing off'. Por eso, es muy importante que el médico adopte una buena estrategia de tratamiento en cuanto a combinación de medicamentos para que el paciente no genere esta 'tolerancia' a la levodopa y se pueda dilatar al máximo la progresión hacia las fases más graves de la enfermedad.
ETAPA  AVANZADA
Tras muchos años de evolución, los síntomas o signos se han generalizado y el tratamiento con levodopa y demás fármacos no resulta del todo eficaz.
Se producen un fenómeno llamado 'on-off' o 'encendido-apagado'. En periodos de 'encendido' el paciente se beneficia de las virtudes de la levodopa y los demás fármacos que se le administran para paliar los síntomas y se encuentra bien. De forma súbita todo aquello desaparece y sobrevienen bruscamente todos los síntomas parkinsonianos. A estos periodos de empeoramiento se les denomina periodos 'off' o 'apagado'.
Esto se produce porque los mecanismos cerebrales se han deteriorado tanto que no puede gestionar bien la cantidad de levodopa y hay periodos de tiempo en los que hay exceso y el paciente realiza movimientos involuntarios y otros en los que es escasa y el paciente está parkinsoniano.
En esta fase avanzada también puede aparecer un deterioro cognitivo, es decir, una pérdida de las funciones mentales superiores (demencia).
No obstante, si no fuera por los tratamientos que existen actualmente el paciente se encontraría muy incapacitado. Antes de la existencia de estos fármacos un alto porcentaje de pacientes quedaba postrado en la cama. Ahora esto no ocurre, la calidad de vida de los enfermos de Parkinson ha mejorado muchísimo, así como la esperanza su vida.

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